Hoy ha sido un gran día, con muchas emociones a flor de piel y sentimientos encontrados, de felicidad por un lado por la fiesta, la celebración del final de curso, los bailes, los regalos... pero a la vez un día de despedidas de los amigos, de tristeza por las ausencias y de lágrimas por todos a los que echaremos de menos. El Hogar Monte Carmelo se ha quedado vacío, pero estamos felices porque nuestros jóvenes han evolucionado, han crecido como personas, se van convirtiendo en adultos y ya no son las personitas que entraron. Les deseamos lo mejor, como siempre, y ellos saben que ésta siempre será su casa.
En los próximos días iremos contando más cosas de la celebración. Ahora solo queremos agradecer a todos los que la han hecho posible, porque ha sido un día muy especial y hemos estado rodeados de gente muy buena.
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